VIERNES 22 DE NOVIEMBRE DE 2024 – 10:00 a 17:00 horas
Jornada presencial en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Eivissa (Ibiza)
Organizan: ICOMOS-España y Ayuntamiento de Eivissa (Ibiza)
Aunque la preocupación por el impacto que produce la alteración inadecuada e irrespetuosa del entorno de los monumentos y demás bienes culturales constituye una de las más antiguas y persistentes preocupaciones de la protección del patrimonio cultural (siendo una de las principales aportaciones de la pionera Carta de Atenas de 1931), en la actualidad, y a pesar de los numerosos instrumentos desarrollados para su control, especialmente la delimitación de un entorno de protección (zona buffer en el caso del Patrimonio Mundial), sigue constituyendo uno de los problemas más importantes y de mayor impacto que tiene el patrimonio cultural, especialmente los incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial.
Si bien cualquier actividad científica que se quiera desarrollar en torno a la figura del entorno siempre será pertinente y de gran relevancia, en la actualidad lo es aún más por los nuevos retos a los que se enfrenta esta figura y que están relacionados con los profundos cambios que se están produciendo en la dimensión territorial y paisajística del patrimonio cultural. Cambios en dos sentidos: En primer lugar, en el del propio patrimonio cultural, al incorporarse nuevas tipologías de bienes de carácter territorial como los paisajes culturales (especialmente en el ámbito del Patrimonio Mundial), así como nuevas fórmulas de reconocimiento patrimonial que otorgan un gran protagonismo al territorio como la de los bienes en serie. En segundo lugar, en la escala y magnitud de las transformaciones que se están produciendo en el territorio, tanto en lo relativo a las tradicionales infraestructuras de comunicación (autovías, puertos, ferrocarriles) como, sobre todo, a las derivadas de las nuevas formas de explotación agraria industrial (las macrogranjas) y, muy especialmente, a las producidas por la implantación descontrolada y masiva de megaplantas fotovoltaicas y de parques eólicos.
Puesto que la figura del entorno, imprescindible para controlar los impactos sobre el patrimonio cultural, estaba pensada más para una tipología, los Monumentos, y un contexto, el urbano, determinados, es necesario que sea redefinida en la actualidad para que pueda abordar los nuevos y peligrosos retos planteados por estas potentes transformaciones del territorio descritas, para lo cual es necesario su interrelación con otros instrumentos surgidos de forma específica para abordar dichos retos como la Evaluación de Impacto Patrimonial.
Pero las amenazas para los monumentos que se producen en el entorno no sólo tienen que ver con la alteración material o física de este sino también, y de forma muy importante, con la alteración funcional y social del mismo en cuanto contexto humano en el que se insertan los bienes. Y en este sentido hay una amenaza especialmente grave, y común al patrimonio cultural de mayor atracción social, donde estaría la totalidad del Patrimonio Mundial, el turismo masivo, cuyo impacto negativo va mucho más allá de la contaminación ambiental que produce la concentración de usos turísticos en las inmediaciones de los grandes Monumentos y conjuntos patrimoniales sino que está afectando al normal desarrollo urbano y social de las poblaciones en las que se sitúan estos bienes, con efectos tan claramente identificados ya como la gentrificación o turistificación, los cuales se están convirtiendo en uno de los problemas más importantes de las sociedades contemporáneas.